miércoles, 30 de marzo de 2011




Kafka en la Orilla, Haruki Murakami
Novela surrealista que podríamos clasificar como real si fuésemos expertos en metafísica.

Kafka en la Orilla trata de un joven que al cumplir sus 15 años decide huir de su casa. Kafka era un joven aplicado en la escuela, introvertido se escondía en los libros para no entablar relación con nadie, en su interior cargaba con la tristeza de haber sido abandonado físicamente por su madre y emocionalmente por su padre.

En esta novela que tiene una complicación que va mas allá de la razón y de los sentimientos nos damos cuenta de muchas cosas, como por ejemplo, del peso que tienen las palabras, en este caso el padre de Kafka le dice que lleva la maldición de Edipo (matar a su padre y acostarse con su madre).
El joven decide huir y durante su camino siempre estará acompañado de “el joven llamado Cuervo” que no es su conciencia sino en términos metafísicos podríamos etiquetarlo como “su maestro”.

Paralela a la historia de Kafka nos relata la historia de Nakata.
Nakata es un señor ya viejo que cuando era niño en un incidente insólito perdió la memoria y un daño cerebral importante. Desarrolla la cualidad de hablar con los gatos y la sensibilidad de captar los mensajes que la vida nos da.
A pesar de que ambas historias son paralelas y se intercalan, Nakata y Kafka nunca llegan a conocerse.

Kafka toma un autobús para ir a Shikoku, por casualidad y en este caso se emplea mejor la palabra causalidad, conoce a Sakura una chica de la edad que tendría su hermana.
En Shikoku existe una biblioteca privada donde Kafka encuentra refugio y ayuda por parte de un personaje asexuado y de una mujer que él decidió que era la madre que lo abandonó pero tal vez se equivoque.

La novela me atrapó desde el principio, no creo que halla sido el tema superfluo de la novela sino lo que encierra la novela, todos los planteamientos que se van dando entre la realidad y el mundo paralelo que según los expertos en metafísica dicen que existe.
Murakami plasma toda aquella realidad que es inaccesible a la investigación científica, nos hace pensar en varios temas, tales como:

Esta vida es sólo el espejismo de la real?

Se puede tener acceso al mundo que hay después de la muerte física?

Hay seres que pueden pasar de un plano a otro?

Existen momentos en la novela que el autor juega con los pronombres y en algún momento el lector se siente parte de la historia, el lector es un personaje más en la novela o tal vez en la vida que compartimos todos.

Hay una parte reveladora donde se explica que todos somos parte de todo, lo que podríamos llamar la conciencia universal, donde naturaleza y seres vivientes conviven con armonía, con respeto y con amor, donde no se juzga lo bueno y lo malo porque no nos corresponde hacerlo, donde el tiempo no corre, donde las sensaciones físicas se eliminan y los recuerdos se borran porque el pasado y el futuro se unen en el presente continuo.

Afortunadamente el libro tiene un fin y mientras tanto mi mente tendrá el tiempo para asimilar todos los mensajes que Murakami nos quiso enviar a través de Kafka en la Orilla

Katia Plascencia

1 comentario:

  1. Katia: Me gustó mucho tu reseña del libro. Yo lo estoy leyendo y me está fascinando, que diferente!

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